Las cartas están echadas: con toda claridad este 2007 comenzó mostrando el juego de una izquierda unida en su antijudaismo, su apoyo a Irán (la nueva “víctima” de EEUU- Israel) y la negación del Holocausto. Farinello, Cortiñas, Solanas y tantos bienpensantes de la izquierda no dudan en abrazar al régimen teocrático, antijudío y negacionista. Viajan a Teherán, dialogan amablemente con los ayatolahs y hablan luego de lo “enojados que están los judíos iraníes con los judíos argentinos, por la mentira de la AMIA”.
En suma, el tema judío es YA un tema de la izquierda, el antisemitismo es YA una consigna válida de la izquierda (a partir de la voz de orden de Saramago “Ya no le tengo lastima a los judíos por lo que les pasó”)
En este contexto, ¿Qué Hacer?
Ya que para los antisemitas, los judíos conforman una conspiración internacional dedicada a socavar las bases de la civilización cristiana (versión derecha católica) o a los pueblos del mundo (versión islamo-izquierdista) hay que asumir la acusación, falsa, y transformarla en verdadera.
Hay que organizar una enorme conspiración judía.
A diferencia con lo que dicen los Protocolos de los Sabios de Sión, los escritos del Padre Meinville o los imanes fundamentalistas, esta conspiración no estará destinada a comer chicos cristianos crudos, a sembrar odio entre patrones y obreros católicos, a robar las riquezas de las naciones, a instalar una Babilonia concupiscente y prostibularia, a envenenar las mente de la juventud universitaria. No será una conspiración para imponer un Gran Israel sojuzgando así a millones de arabes, ni pretenderá explotar como pulpo el trabajo de millones de asalariados. No.
Deberá ser una conspiración de la inteligencia, la información, la reflexión y la acción pública y transparente.
Una conspiración que conecte inteligencias judías y no judías hoy dispersas, aisladas, quizás temerosas de contar la verdad, o peor aun, de pensar la verdad.
Una conspiración que ayude a la gente sensata a reflexionar con independencia de los columnistas que diariamente concentran el ataque en todo atisbo de pensamiento diferente.
Una conspiración que provea de información y que permita producir nueva reflexión publicable en los diarios o los espacios radiales o televisivos.
Habrá, pues, que leer, investigar, traducir, intercambiar via email o grupos virtuales una fundada trama de argumentos, información, reflexión, critica, pensamiento audaz.
Esa deberá ser la verdadera conspiración judía.
Invitamos a todos los honestos - judíos o no- a integrarse.
http://monologia.blogspot.com/2007/03/una-conspiracin-juda.html