| Catalunya Israel Fòrum d'agermanament entre Israel i els Països Catalans |
|
| Llaços entre Israel i Catalunya | |
| | Autor | Missatge |
---|
Sayeret מנהל
Nombre de missatges : 895 Localisation : Baix Empordà Registration date : 22/01/2007
| Assumpte: Llaços entre Israel i Catalunya Dj Nov 01, 2007 1:42 am | |
| Lazos vivos entre Israel y Catalunya
Wilhelm Gustloff
En España, y sobre todo en Catalunya, no son pocos los ciudadanos que siguen con interés lo que sucede en Tierra Santa. Las encuestas apuntan que la mayoría siente simpatía por la causa palestina, mientras que son menos los que defienden a los israelíes. Pero, ¿por qué algunas personas sienten cercano a Israel y se posicionan a su favor en este conflicto?
"Los valores republicanos que me inculcaron en mi familia me llevaron a simpatizar con el sufrimiento y el dolor del pueblo judío, pero la lucha de los derechos democráticos es lo que me han llevado a militar en contra del integrismo islámico, en el que se incluye el terrorismo palestino". Así explica la periodista y escritora catalana Pilar Rahola su persistente defensa del estado de Israel y su batalla personal contra cualquier atisbo de antisemitismo. "Luchar contra el antisemitismo es luchar por la libertad", añade. Rahola, que ha visitado en una veintena de ocasiones Israel, ha realizado conferencias en numerosos países sobre este tema y no ha escondido en ningún momento sus simpatías.
Sin embargo, son pocos los intelectuales y políticos que abiertamente apoyan este tipo de posición. Saben que ello implica nadar contra corriente, sobre todo en los últimos años. La política de Ariel Sharon alimento, según los expertos, las reticencias hacia todo lo que suena a hebreo. "Europa tiene un problema con el antisemitismo", alertaba en el 2004 el Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia. Por aquellas fechas, la Liga Antidifamación cifraba en sólo un 12% el porcentaje de españoles que deseaban tener a judíos como vecinos.
Una parte importante de los integrantes de esta minoría filosemita que no esconde sus simpatías son catalanes. Entre ellos encontramos al historiador Joan B. Culla i Clara, a la escritora Marta Pessarrodona, al periodista y escritor Valentí Puig y a la citada Pilar Rahola, entre otros. Según Culla, profesor de historia contemporánea en la Universitat Autònoma de Barcelona, existe una "visión distorsionada del conflicto", que se explica por la casi nula presencia de judíos en España tras la expulsión dictada por los Reyes Católicos, por la "tradicional amistad con los países árabes" del franquismo y por el hecho de que el Gobierno español fuera el último Estado de Europa occidental en establecer relaciones diplomáticas con Israel.
"La gente desconoce los datos básicos del conflicto. Tras 25 años de conferencias y coloquios puedo asegurar que las confusiones e ignorancias son infinitas", apunta Culla. En este sentido, Maria Josep Estanyol, doctora en filología semítica de la Universitat de Barcelona y autora de Judaïsme a Catalunya, avui (Ed. Pòrtic) asegura que "la gente cree que todos los judíos son israelíes y confunden judío, hebreo, israelí (ciudadanos de Israel) e israelita (descendiente del profeta Jacob)".
En sus intervenciones y artículos, los miembros de esta corriente de opinión minoritaria defienden la existencia del Estado hebreo, advierten de la confusión del elemento cultural y religioso con el político, recuerdan que Israel es la única democracia de aquella zona del planeta y critican que se simplifique el conflicto como una guerra entre judíos opresores y palestinos oprimidos, así como que se banalice el holocausto. En este sentido, no le perdonan al escritor José Saramago que comparase la batalla de Jenín - donde murieron 52 palestinos y 27 israelíes- con Auschwitz. "Se puede ser un grandioso escritor y no tener ni idea de política internacional", asevera Culla. "Uno puede escribir como los ángeles y pensar como los demonios", aseguró Pilar Rahola en la conferencia que realizó en la Unesco de París en alusión a las palabras del premio Nobel portugués.
También critican decisiones como la de Izquierda Unida, que no participó en la conmemoración del holocausto apelando a la solidaridad con los palestinos. "Que yo sepa, Israel aún no ha instalado cámaras de gas ni ha enviado a nadie a campos de concentración por el simple hecho de ser árabe palestino", apuntaba dos años atrás el periodista y escritor balear Pere Bonnín durante una conferencia en Palma de Mallorca. "Siempre nos estamos justificando", se queja Maria Josep Estanyol, quien lamenta que constantemente les reprochen las acciones del Gobierno israelí. "El muro de Cisjordania no me parece aceptable, pero... ¿que es lo que hemos levantado nosotros en Melilla?", se pregunta.
A este conjunto de intelectuales a menudo se le tilda peyorativamente como lobby sionista.La idea de lobby - grupo que lucha por sus intereses- es intrínseca al discurso conspirativo que alimenta el antisemitismo. "No somos un lobby, no nos hemos reunido nunca alrededor de una mesa ni ha habido un maestro que nos influyera a todos. En absoluto. Sólo una vez hemos tenido claras nuestras ideas, a las que hemos llegado por caminos diferentes, nos hemos ido conociendo y entablando amistad. De todas formas, siempre es reconfortante saber que no estás sólo en la defensa de determinadas posturas", admite Culla.
"Me han llamado peyorativamente sionista; es decir, nacionalista judío. Y yo siempre les digo que no puedo serlo porque no soy judío. Otra cosa es que muestre interés y empatía por la historia de Israel", argumenta. Rahola corrobora las palabras de Culla y recalca que "no somos ningunos conspiradores, sino que incluso somos incapaces de coordinarnos cuando alguien nos ataca", agrega.
En realidad, la figura del lobby, tan arraigada en Estados Unidos, pierde fuerza en España no sólo entre los filosemitas, sino incluso entre los propios judíos. "Un vistazo al mundo de los judíos residentes en España demuestra que no todos ellos son millonarios ni religiosos, y que tampoco forman ningún clan, piña o entramado destinado a la exclusiva defensa de sus intereses económicos", escribe el periodista Alfonso Torres en su libro El lobby judío (Ed. La Esfera de los Libros), donde repasa el origen judío de personajes como las hermanas Koplowitz o del actual Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, y cita a intelectuales filosemitas como al premio Nobel de Literatura Camilo José Cela o a Jon Juaristi, ex director del Instituto Cervantes, que abrazó la fe mosaica tras años de estudio.
Los ´judíos´ de España Estos personajes integran, a día de hoy, una corriente de opinión minoritaria que, en cambio, estuvo de moda años atrás en Europa. Y aunque en España no tuvo tantos seguidores como en otros países del viejo continente, a mediados del siglo XX, estudiosos europeos detectaron entre la población catalana un curioso sentimiento de simpatía hacia el pueblo judío. "En lo que se refiere a sus causas, el filosemi-tismo catalán es único", asegura Culla. "Finalmente, y ya era hora, en Catalunya empieza a haber un interés vivo por las cosas del Estado de Israel. Esto es una buena noticia", escribía en 1965 un joven Jordi Pujol en su libro Construir Catalunya.
La simpatía por la causa judía entre los catalanes aumentaba a medida que avanzaba el siglo y, paralelamente, se generaba una curiosa sintonía entre el pueblo catalán y el judío. Pío Baroja ya escribía en 1907 en el diario El Mundo que "los catalanes han tenido la habilidad de lanzar el sambenito de judíos a los demás españoles, cuando precisamente los judíos son ellos". Baroja señala a los catalanes como los judíos de España por compartir una serie de valores asociados a la modernidad (la cultura del trabajo, del ahorro...) que el escritor vasco rechazaba de lleno. | |
| | | Sayeret מנהל
Nombre de missatges : 895 Localisation : Baix Empordà Registration date : 22/01/2007
| Assumpte: Re: Llaços entre Israel i Catalunya Dj Nov 01, 2007 1:42 am | |
| Las cosas no parecen haber cambiado mucho desde entonces. "Con el debate del Estatut han resurgido algunos de estos tics antisemitas aplicados a los catalanes", advierte Culla. En este sentido iban las declaraciones del conseller de Comerç, Turisme i Consum, Josep Huguet, quien comparó el boicot a los productos catalanes con la situación de los judíos cuando, bajo el régimen nazi, se pintaban sus tiendas con la estrella de David. "En el pensamiento de sectores radicales del españolismo, los catalanes ocupamos el lugar de los judíos", aseguró.
Durante el franquismo, el antisemitismo español alimentó la teoría conspirativa que apuntaba al catalanismo como parte del complot sionista para dominar el mundo y destruir España. Companys y Cambó fueron acusados de ser judíos, a pesar de que éste último escribía artículos claramente antisemitas. "El falangismo, que es antisemita sin judíos, acaba siendo antisemita contra los catalanes", apunta Vicenç Villatoro en su libro Els jueus i Catalunya (Ed. Barcanova), de reciente aparición.
Tras la Segunda Guerra Mundial y el horror del holocausto aumenta la corriente de simpatía hacia los judíos entre políticos e intelectuales europeos. En este ambiente se circunscribe la literatura de Salvador Espriu, gran conocedor de la cultura judía, que presenta a Israel como una proyección mítica de Catalunya. No en vano, el sionismo era en los años 50 la máxima expresión de la utopía occidental. Para algunos políticos fue un espejo donde reflejarse. Jordi Pujol fue uno de ellos. La relación de la familia Pujol con el mundo judío venía de lejos, debido a la amistad que el padre del ex president mantenía con el acaudalado empresario judío Moisés David Tennenbaum, pieza clave en la creación de la Banca Dorca de Olot, germen de Banca Catalana.
Pujol no ha escondido nunca su admiración por líderes israelíes como Begin, Ben Gurion o Golda Meir - aunque también hacia líderes árabes como Annuar El Sadat- y explica sus simpatías hacia el estado judío por su sentimiento de afirmación nacional, por la recuperación de una lengua que ya nadie usaba - en la Edad Media los judíos catalanes hablaban catalán-, así como por la mística que acompaña al pueblo hebreo. Entre los judíos también se observaba cierta simpatía por los catalanes. Mercedes Fernández Martorell, profesora del departamento de Antropología de la Universitat de Barcelona escribía en 1983 en su tesis doctoral sobre la comunidad judía de la capital catalana que sus miembros veían parecidos entre su cultura y la catalana y mostraban "sobradas razones para pensar que Catalunya es una tierra propicia para ellos".
Un giro radical
Sin embargo, esa corriente de simpatía hacia Israel sufrió un brusco giro en 1967, a raíz de la Guerra de los Seis Días. La primera intifada,20 años después, haría el resto. "Se podía intuir un excepcional grado de identificación entre catalanes y judíos hasta que el peso del conflicto de Oriente Próximo contaminó la visión de la cuestión judía", escribe Villatoro en su libro. La fulminante victoria israelí y la ocupación de los territorios palestinos provoca que los israelíes pasen a ser vistos como un estado opresor. Pujol también interioriza ese cambio. "Soy igual de prosionista que antes, pero debo admitir que a partir de un determinado momento los israelíes no hacen el esfuerzo necesario para conseguir la paz, empiezan a hablar del Gran Israel, se convierten en opresores y niegan el derecho a los palestinos a existir como pueblo", afirma el ex mandatario catalán, que nunca visitó los territorios ocupados en sus visitas oficiales.
"No deja de ser un mérito del gobierno tripartito - prosigue- que en un momento determinado fueran capaces de romper la norma diplomática.
Yo, en cambio, no quise poner en peligro la buena acogida de los israelíes". Pujol descarta que sus simpatías por la causa judía le acarrearan problema alguno: "No he estado nunca demasiado atacado por ello".
Pero si bien el prosionismo de Pujol no escandalizó nunca al grueso de sus votantes, ¿estarían preparados los socios del Barça para tener un presidente de ascendencia judía? Esta posibilidad pudo haber sido una realidad si Lluís Bassat, miembro de una insigne familia judía barcelonesa, no hubiera perdido las elecciones frente a Joan Laporta. Lo que para unos habría sido una simple anécdota, para otros podía ser un problema. O eso al menos es lo que intuyó durante la campaña electoral un candidato que, según el publicista, encargó una encuesta donde se preguntaba a los socios que les parecería tener un presidente judío.
De todas formas, ¿qué supone que un presidente de un gobierno o de un club de fútbol sea judío o prosionista? Un repaso a las acciones de las personalidades que no han escondido sus simpatías por Israel demuestra que, en realidad, no implica grandes cambios, aunque desde diferentes sectores se les acusa de haber influido en decisiones puntuales. A Vicenç Villatoro, por ejemplo, le recordaron sus simpatías filosemitas cuando, siendo director general de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió, despidió a Eugeni Garcia, corresponsal en Jerusalén de Catalunya Ràdio. Oficialmente, la decisión era parte de la reestructuración del nuevo plan de corresponsalías. Sin embargo, el Comité Profesional de la emisora, que pidió sin éxito que se mantuviera a Garcia en el cargo, reconocía en un comunicado "la presión reiterada de la comunidad judía en Catalunya, que cuestiona la imparcialidad informativa de la redacción de informativos y de su corresponsal en Jerusalem".
Otro caso es el de Miquel Sellarès, fugaz ex secretario general de Comunicació de la Generalitat con ERC, que a principios de los 80 fue el primer director general de Seguretat Ciutadana bajo el manto político de CiU. Sellarès - quien viajó en diferentes ocasiones a Israel para conocer de cerca el funcionamiento de sus cuerpos policiales y los servicios de información- admite haber adquirido allí "material de escuchas telefónicas y de vigilancia", pero niega, como se le atribuye desde diferentes sectores, que gestionara la adquisición de un furgón blindado antidisturbios, una compra que tuvo lugar bajo el mandato de su sucesor, Antoni Cruells.
El furgón, que se encuentra en la Escuela de Policía de Catalunya en Mollet, nunca ha salido a la calle y solamente se utiliza para determinadas prácticas en el citado centro. Aun así, Sellarès no esconde sus simpatías. "Para mí, Israel representa una ilusión, pero después he visto muchas cosas que no me han gustado", reconoce y critica la virulencia de los que están en contra de Israel. Recuerda que cuando en la web que él impulsó (www. tribunacatalana. com) recomendaron el exitoso ensayo Israel, el somni i la tragèdia unos mensajes en inglés los tildaban de sionistas- que incluso dañó el servidor. Pilar Rahola, por su parte, asegura recibir mensualmente varios ataques en su web de centenares de hackers de países islámicos. Dos tendencias en ERC Precisamente es la formación política que en su momento dirigió Rahola y en la que milita Sellarès, ERC, donde mayores problemas han suscitado las dos tendencias opuestas que conviven en el partido. Unos mantienen la imagen que se tenía de Israel antes de 1967. Otros, en cambio, lo ven como un estado opresor. "En ERC existe una clara fractura interna sobre este tema", asegura Culla. Por su parte, Maria Josep Estanyol, militante de la formación republicana, no sólo admite la existencia de esta división, sino que reconoce que "no ha tenido lugar un debate entre los dos grupos". Prueba de ello es el pequeño conflicto que provocó en septiembre la diputada republicana en el Congreso Rosa Maria Bonàs al pedir en la Cámara Baja la supresión de ayudas gubernamentales al estado de Israel. Poco después, el 1 de octubre, Bonàs se quejaba en su weblog que "en ERC hay un núcleo duro de sionistas, entre ellos Carod. Me tendré que sentar y explicarle lo que está sucediendo allí". A falta de un debate entre las dos posturas existentes en el partido que preside Josep Lluís Carod-Rovira - que esta semana ha realizado una visita privada a Israel-, así como en la sociedad en general, el exitoso ensayo de Joan B. Culla ha servido, según su autor, "para visualizar un fenómeno que sospechaba: la existencia en Catalunya de un estado de simpatía latente hacia Israel que llevaba años soterrado y que no se atrevía a salir al exterior. La aparición del libro y las buenas críticas recibidas han contribuido a que mucha gente saliera, en ese sentido, del armario". Jordi Pujol coincide con el historiador en que hay "más personas que apoyan a Israel que las que se conoce". ¿Y por qué no hacen públicas sus simpatías? "El mundo intelectual, político y periodístico es muy poco valiente", remata Pujol.
Publicado en La Vanguardia | |
| | | Sayeret מנהל
Nombre de missatges : 895 Localisation : Baix Empordà Registration date : 22/01/2007
| Assumpte: Re: Llaços entre Israel i Catalunya Dj Nov 01, 2007 2:02 am | |
| Per cert com a curiositat crec que el furgó al que es refereix l'article és l'unimog amb canó d'aigua | |
| | | Josep Salou
Nombre de missatges : 227 Age : 41 Registration date : 11/10/2007
| Assumpte: Re: Llaços entre Israel i Catalunya Dg Des 30, 2007 5:56 pm | |
| Sense ser Israelià. L'escriptor nordamericà Noah Gordon, jueu, autor del rabí, la trilogia del metge o l'últim jueu. Ha fet el seu últim llibre, el celler, com a Homenatge a Catalunya. | |
| | | tlisboa
Nombre de missatges : 102 Age : 45 Localisation : Tarragona Registration date : 09/02/2007
| Assumpte: Re: Llaços entre Israel i Catalunya Dg Gen 06, 2008 9:43 pm | |
| ANTICATALANISME I ANTISIONISME AVUI Per Jaume Renyer Article publicat a la Revista de Catalunya, número 231, setembre del 2007
El catalanisme i el sionisme, més enllà del tret comú de ser moviments que propugnen el reconeixement polític i cultural respectivament del poble català i el jueu, no tenen avui gaires punts en comú. Per una banda, el sionisme laic i proletari va aconseguir fa gairebé seixanta anys l’objectiu de dotar-se d’un estat propi que ha subsistit, i es desenvolupa, enmig d’un entorn advers que l’ha singularitzat encara més com a fenomen nacional. El catalanisme, per altra banda, derrotat en la guerra del 1936-1939, va sentir durant els anys de postguerra una manifesta simpatia per l’Estat d’Israel veient-t’hi la prova fefaent que era possible renéixer com a poble després d’un desastre nacional.
Encara està per fer una anàlisi aprofundida d’aquesta empatia però com a mostra convé recordar allò que deia l’articulista anònim de la revista "Endavant", òrgan central del Moviment Socialista de Catalunya, quan en el número 38, corresponent al maig del 1949, publicava amb el títol de "L’Estat d’Israel" aquestes frases: "L’Estat d’Israel és una lliçó pels catalans i sobretot per nosaltres, socialistes catalans, dels punts de vista polític, econòmic i social. No és pas que hi hagi una estreta analogia entre Israel i Catalunya però l’exemple de fortitud, de tenacitat, de solidaritat nacional i d’afirmació col·lectivista que els jueus han donat a través de llur calvari durant centúries, i particularment en els darrers anys, resulta un cas digne d’estudi i un guiatge moral per tots els pobles oprimits".
Aquest corrent de simpatia no ha estat de doble direcció, ja que l’estat hebreu no ha tingut necessitat de correspondre aquesta predisposició favorable del catalanisme i s’ha limitat a acollir durant els anys cinquanta una delegació del Front Nacional de Catalunya i obrir les portes als joves catalans que durant els anys seixanta i setanta volien conèixer l’experiència dels kibbutz i el model d’immersió lingüística. Els canvis ideològics en l’esquerra catalana a partir de la meitat dels anys setanta han postergat el model israelià com a referent polític i han desdibuixat els vincles que es podrien establir entre catalanisme i sionisme en l’actualitat. En canvi, l’anticatalanisme i l’antisionisme si que tenen punts en comú que són plenament vigents. Històricament el nacionalisme espanyol d’estirp castellana, que s’ha caracteritzat més per allò que rebutja que no pas per la seva capacitat integradora, ha trobat en la figura del jueu i el català les seves dues contraidentitats fonamentals. El jueu és l’antítesi religiosa de la identitat espanyola i el català, la seva antítesi cultural. Oriol Pi de Cabanyes en un article recent ("Catalanofòbia i antisemistisme", publicat a la revista del Centre d’Estudis Jordi Pujol, número 2, octubre del 2006) i sobretot Vicenç Villatoro en el seu llibre "Els jueus i Catalunya" (Barcanova, 2005) analitzen els referents simbòlics i els sistemes de valors contraposats entre la cultura catalana i la castellana que es, per extensió, l’espanyola.
El caràcter pràctic (la capacitat per sortir-se’n de situacions adverses), el treball com a forma de progrés personal i col·lectiu, la predisposició al pacte (en l’àmbit polític) i el comerç (en l’econòmic) han singularitzat la mentalitat catalana i aquests trets coincideixen amb els que hom ha atribuït als jueus. El contrast amb la mentalitat castellana més aviat predisposada a les idees abstractes i excloents ha fet que, als seus ulls, el català coincidís amb la figura del jueu com l’element estrany en el cos social que cal assimilar, per força si cal, o excloure dels centres de poder. La judeofobia mediaval d’arrel cristiana evidentment no fou un fenomen exclusivament castellà, (els calls catalans foren també assaltats molt abans de l’expulsió decretada pels reis catòlics Isabel de Castella i Ferran d’Aragó), però el progressiu arrenglerament de la jerarquia catòlica amb la monarquia espanyola en els segles posteriors acabà conformant una mentalitat político-religiosa integrista que ha marcat les formes d’exercici del poder estatal en els darrers segles. | |
| | | tlisboa
Nombre de missatges : 102 Age : 45 Localisation : Tarragona Registration date : 09/02/2007
| Assumpte: Re: Llaços entre Israel i Catalunya Dg Gen 06, 2008 9:43 pm | |
| Les transformacions del nacionalisme espanyol contemporani
Tot i tenir unes arrels molt profundes, com ha demostrat Antoni Simon ("Els orígens històrics de l’anticatalanisme" a L’Espill número 24, hivern 2006), l’anticatalanisme modern és el que combat la renaixença cultural i política catalana del segle dinou ençà. El catalanisme d’arrel popular més que burgesa, com ha documentat reiteradament Josep Termes, s’ha configurat sempre com un factor de modernització social, basat en la llibertat econòmica i ideològica que mai, ni en els anys trenta, ha generat plantejaments totalitaris a diferència del que va passar en d’altres pobles oprimits com els bretons o els croats. El catalanisme, en els moments històrics en que ha sigut hegemònic, ha qüestionat amb voluntat transformadora l’ordre estatal i social establert i reiteradament ha vist refusades les seves propostes. El desencontre entre l’espanyolisme, que es fonamenta en la noció d’ordre, i el catalanisme, que es basa en la llibertat, té caràcter estructural i dona com a resultat una "conllevancia" (com deia Ortega y Gasset) conflictiva entre l’assimilisme castellà i autoafirmació nacional catalana.
"L’anticatalanisme ha estat l’antisemitisme dels reaccionaris espanyols" resumeix Villatoro, (obra citada, pàgina 144). Hi ha força exemples en els escrits dels falangistes il·lustrats i en la pràctica del franquisme que avalen aquesta afirmació. Aquesta afirmació s’anà difuminant a mesura que el franquisme s’adaptava al context occidental i el catalanisme s’anava desvinculant respecte del sionisme sobretot després de la guerra dels sis dies l’any 1967 i l’aclaparadora victòria militar israeliana. Durant els anys setanta i la transició, la catalanitat fou sinònim de modernització social, obertura cultural a Europa, democratització política i fins i tot aquesta visió positiva fou reconeguda per part dels sectors reformistes del règim i els partits d’oposició espanyols. Aquesta percepció de la catalanitat ha canviat radicalment des de la meitat dels anys noranta quan aflora una renovada espanyolitat que sent arribada l’oportunitat de ser reconeguda com una "gran nació" superant els complexos que històricament l’han llastrat en l’època moderna. L’Estat espanyol viu una etapa de prosperitat, amb un règim polític i un sistema econòmic homologat internacionalment, i una megalopolis madrilenya que concentra els centres de decisió econòmica, política, cultural i mediàtica en detriment de Barcelona i l’àrea mediterrània catalana. Les noves elits dirigents en tots aquests àmbits no se senten vinculades pels compromisos de la transició, ans al contrari els jutgen fruit d’un moment de debilitat de l’Estat del qual se’n van aprofitar les minories nacionalistes per crear uns espais protegits que ja no tenen raó de ser.
La generalització d’aquestes idees entre la població significa que la societat espanyola ha modernitzat les seves estructures econòmiques però no la seva cultura política caracteritzada per la subsistència del cabdillatge partidista i de verticalisme polític i econòmic. El nacionalisme espanyol, de vocació omnicomprensiva del conjunt d’identitats, no es reconeix a si mateix com a tal i sense aquest autoreconeixement és impossible un diàleg intercomunitari en peu d’igualtat. A diferència del que succeeix en el Regne Unit, on gràcies a una llarga tradició jurídica i política basada en la supremacia de la llei, el respecte a la vida de les persones i la identitat dels pobles, escocesos, anglesos, gal·lesos i irlandesos poden trobar formules institucionals de convivència dins d’un mateix estat, això ara per ara no és factible a l’Estat espanyol. Existeix un règim democràtic però fonamentat en la sobirania del poble espanyol, l’única reconeguda, que manté un sistema de dominació política sobre les altres nacionalitats consagrat en un text constitucional concebut com un dogma d’impossible reforma a instància de les minories nacionals basca, catalana i gallega, atès el reduït per demogràfic de tots plegats en el conjunt estatal. L’estat-nació espanyol és una realitat imperfecta que no té un projecte definit sobre el model polític que l’ha de representar essent el règim actual una combinació contradictòria fruit de la pugna per l’hegemonia entre dos grans corrents: d’una banda, el nacionalisme cívicoliberal (en el sentit reduccionista del terme), igualitari, (en el sentit homogeneitzador i contraidentitari), que pren com a referent el projecte constitucional embastat a Cadis el 1812, mai del tot reeixit. D’altra banda, la tradició conservadora i autoritària, d’inspiració catòlica, que té com a darrer referent el franquisme, singularment el període dels anys seixanta quan coincideixen desarrollisme econòmic i centralisme polític.
No és l’objecte d’aquest text aprofundir quina és la identitat espanyola avui, ni esbrinar el contingut de l’evanescent projecte de "l’Espanya plural" del president Rodríguez Zapatero, sinó assenyalar les condicions que possibiliten l’emergència d’un nacionalisme espanyol en clau reaccionària que reactualitza les actituds pròpies de l’antisemitisme sota la forma de l’anticatalanisme. En primer lloc, aquest fenomen és possible pel silenci de la intel·lectualitat demòcrata, l’absència de pensament crític sobre l’evolució història espanyola recent de la qual han desaparegut l’ideari republicà d’abans de la guerra, que deixa la pista lliure a l’ascens d’un pensament reaccionari contra la diversitat nacional. Fora de les excepcions que representen personalitats com Javier Pérez Royo i Sisinio Pérez Garzón l’actitud de les èlits il·lustrades i progressistes és de menyspreu envers les aspiracions dels altres pobles peninsulars (veure, per exemple, de Francisco Sosa i Igor Sosa, "El estado fragmentado", Trotta, 2006). Aquest corrent està impregnat d’un sentiment de superioritat que s’emmiralla en el jacobinisme francès però a qui realment s’aproxima és al nacionalisme turc que es caracteritza per la no acceptació del passat històric i el seu unitarisme autoritari. Amb aquesta actitud d’aïllament respecte de les tendències europees respectuoses amb els drets dels pobles la intel·lectualitat espanyola renuncia a fonamentar teòricament un eventual projecte d’estat plurinacional a l’estil de Bèlgica o Suïssa.
En segon lloc, ressorgeix l’integrisme catòlic com a guia espiritual del nacionalisme espanyol. Només cal veure les declaracions dels cardenals Rouco i Cañizares per exemple, i com en el document de la Conferencia Espiscopal Española, "Orientaciones morales ante la situación actual de España" (novembre del 2006) es qualifica de be moral a protegir la unitat d’Espanya i alhora que es deslegitimen les aspiracions sobiranistes dels nacionalismes basc, català i gallec. Aquest posicionament es tradueix en fets concrets com el litigi per la titularitat de les obres d’art dels municipis catalanoparlants de la Franja de Ponent recuperats pel Bisbat de Lleida. Les autoritats vaticanes s’han decantat reiteradament a favor de les pretensions del bisbat de Barbastre, enmig d’una campanya que atia el sentiment de greuge aragonès envers Catalunya a la qual no és aliena la intervenció de l’organització político-religiosa espanyolista denominada "Opus Dei". Cal recordar també les actituds obertament contraries a la voluntat dels bisbes catalans de dotar-se d’una conferència episcopals pròpia, al marge de l’espanyola, que va adoptar als anys noranta el nunci papal a Madrid Lajos Kadar. La jerarquia catòlica espanyola amb pronunciaments i actituds sectàries obertament adverses a les reivindicacions nacionals catalanes dona coartada moral als projectes de reinstauració d’un ordre autoritari i espanyolista que garanteixi la seva supremacia ideològica. L’exaltació del seu victimisme, la denuncia d’estar sotmesa a una persecució per part dels partits laicistes són actituds que retrotreuen l’església catòlica al paper de jutge de bons i dolents que amb total parcialitat va exercir durant el franquisme.
En tercer lloc reneix el mite del català aprofitat i deslleial en el terreny econòmic, que tantes analogies té amb el mite del jueu avariciós i escanyapobres creat per l’antisemitisme europeu. Només cal veure la campanya contra la Caixa arran de l’opa de Gas Natural sobre Endesa i com li ha estat impossible a Joan Rossell, president del Foment del Treball Nacional, presidir la CEOE, a diferència de fa trenta anys quan Carles Ferrer Salat va ser el primer president de la patronal espanyola. Significativament això passa quan són evidents, (tot i que els catalans en desconeixem la seva quantificació econòmica atès la política d’ocultació de les balances fiscals entre territoris que practica el Ministeri d’Hisenda), els efectes de l’espoli fiscal persistent sobre Catalunya, Les Illes Balears i el País Valencià, que han possibilitat el creixement d’altres territoris en detriment de l’àrea catalana. L’arbitrarietat estatal sota la forma d’un intervencionisme orientat a alterar els fluxos econòmics que han sostingut l’estructura productiva del nostre país queda encoberta per la falsa perpetuació de la idea de la prosperitat i la situació privilegiada dels catalans.
En quart lloc, sobretot des del conglomerat fàctic denominat "Brunete mediàtica" es promou la impostura consistent en invertir els papers de dominat i dominat: segons aquesta perversa lògica els ciutadans castellanoparlants que se senten espanyols són discriminats i perseguits a Catalunya com ho foren els jueus per part dels nazis (el reportatge recent de Telemadrid "Ciudadanos de segunda" n’és un exemple). Els sectors reaccionaris espanyols (els mateixos que justifiquen el franquisme) s’omplen la boca contínuament de referències al nazisme i al feixisme atribuïdes a bascos i catalans evidenciant una conducta psicològica consistent en projectar en els altres les veritables intencions pròpies (persecució, extermini…). L’antisemitisme s’ha basat en acusar els jueus de dominar la societat que els acull, presentant-los com uns éssers estranys. Es va demonitzar la seva imatge per a que les masses els odiessin i poder justificar les agressions posteriors de les quals foren víctimes. En aquest procés els mitjans de comunicació de masses tenen un paper determinant: són l’instrument a través del qual es construeix una ficció al servei d’un projecte totalitari per dominar i modelar de forma violenta una realitat social que no s’accepta coma tal. Amb aquesta finalitat des dels mitjans espanyolistes se sobredimensiona la influència dels partits bascos, gallecs i catalans sobre les institucions de l’Estat presentant-los com les minories dominants que imposen la seva voluntat sobre la majoria indefensa de ciutadans espanyols. Els grups mediatics que promouen aquesta línia d’actuació han esdevinguts els nous poders fàctics amb una enorme capacitat per manipular amplis sectors de la societat espanyola, (la divulgació de les tesis conspiratives al voltant de l’atemptat del 11-M a Madrid en són un exemple), estan creant conscientment les condicions per a que responguin en un moment donat a un estímul violent (les referències constants al cop d’estat militar, a la guerra civil, van en aquest sentit) contra els referents i les persones representatives de la catalanitat.
En cinquè lloc, figura el fantasma de l’expansionisme catalanista que des de Catalunya vol annexionar-se els territoris irrendempts. La censura, degradació i persecució de tot allò que representa la catalanitat és avui una conducta perceptible a la Franja d’Aragó, el País Valencià i les Illes Balears que és exercida des dels poders polítics, mediàtics i religiosos locals que no s’estan amb miraments a l’hora d’imposar una espanyolitat que malda per eradicar tot vestigi d’identitat autòctona (valenciana o mallorquina que es manipula per contraposar-la al provincianisme espanyolitzat dels notables locals). Els autors dels atemptats amb bomba contra Joan Fuster i Manuel Sanchis Guarner a finals dels anys setanta pintaren els noms de les seves víctimes amb la qualificació de traïdors i l’estrella de David. El catalanista és un estrany i un traïdor: aquesta és la lògica que hi ha en el fons del secessionisme lingüístic (aquell que afirma que l’idioma valencià és diferent del català) i de la censura les emissions de TV3. A Catalunya, el discurs de l’anticatalanisme es un altre: malda per segregar nacionalisme de catalanisme, reduint el segon a una variant local compatible amb l’espanyolitat, mentre busca excloure el primer de tots els àmbits de la vida social presentant-lo com una fal·lera sectària. L’estigmatització del catalanista com un element a liquidar que feren els falangistes primer, i el règim franquista després, té molts paral·lelismes amb la dels jueus per part dels nazis, si bé aquests darrers dugueren el seu capteniment fins a l’holocaust, els franquistes cometeren un veritable genocidi cultural contra la catalanitat del qual encara avui no ens en hem recuperat com a poble. Avui subsisteix una gran carrega d’odi, i autoodi, en els que practiquen l’anticatalanisme des de l’interior d’una societat que rebutgen (el Partido de la Ciudadania n’és una mostra eloqüent). Vicent Partal ho va descriure molt bé en el seu "mail obert" titulat: "l’entusiasme de Fèlix de Azua pels assassins de Pep Isanta", (un jove català apunyalat per una banda de delinqüents, majoritàriament sud-americans, anomenats "los catoños") publicat a Vilaweb el 13 juny de 2005 comentant un article del sinistre Felix de Azua, "Ambigua cultura" aparegut a El País, 10 juny 2005.
Finalment, un darrer fenomen engloba tots els anteriors: la perversió de la noció de llibertat que es presenta sota la capa d’un neoliberalisme desproveït d’ànima democràtica. Els neofranquistes de "Libertad Digital", per exemple, diuen parlar des de la defensa de valors "liberals", polítics autodefinits com a liberals del tipus Montserrat Nebrera prediquen un liberalisme frívol que només cerca desmantellar les garanties socials i nacionals els sectors socials i nacionals subalterns han anat construint durant dècades per protegir-se de les elits dominants. Antoni Domènech explica molt bé en el seu llibre "El eclipse de la fraternidad" (Crítica, 2004) com el poder de les classes dominants es presenta com a constrenyit per conxorxes i garanties que limiten els drets de la majoria i com recorre a formules autoritàries (feixisme, franquisme) per eliminar-les i tornar a exercici absolut de la seva hegemonia. Hi ha un discurs neoliberal i autoritari a l’espanyola, (és a dir, copiat tard i malament) que només amb el nom s’assembla al neoconservadurisme, evidentment democràtic, del republicanisme nordamericà. El descrèdit del sistema autonòmic, de les garanties constitucionals que protegeixen les minories nacionals, menat des dels poders fàctics i mediatics cerca desestabilitzar les bases de consens pactades a la transició per retornar a un sistema autoritari sota aparença democràtica. La marginació política de l’esquerra abertzale és un simptoma d’aquesta involució en la qual té una responsabilitat cabdal la devaluació del paper arbitral del poder judicial com a element susceptible de resoldre conflictes polítics dins un sistema democràtic.
Tots aquest fenòmens que tenen com a vincle transversal l’anticatalanisme són perceptibles en la societat espanyola d’avui i presenten un grau de desenvolupament desigual amb un potencial gens negligible per a desestabilitzar i condicionar l’evolució institucional de l’Estat si convergeixen en una força política que els cohesioni. | |
| | | tlisboa
Nombre de missatges : 102 Age : 45 Localisation : Tarragona Registration date : 09/02/2007
| Assumpte: Re: Llaços entre Israel i Catalunya Dg Gen 06, 2008 9:44 pm | |
| Independentistes i antisionistes
El catalanisme, per la seva part ha tingut una evolució irregular pel que fa a la seva percepció sobre el nacionalisme jueu, és a dir, el sionisme i l’antisionisme. Hi va haver, i subsisteix encara, un antisionisme religiós dins de la comunitat jueva de la diàspora que va contraposar-se al sionisme cívic, però fonamentalment l’antisonisme és un fenomen polític que sorgeix com a reacció a la creació de l’Estat d’Israel a partir d’una transformació de l’antic antisemitisme anterior a la Segona Guerra Mundial. La novetat consisteix en el fet que s’hi afegeix una construcció teòrica consistent en separar el sionisme (rebutjable per racista) del comú del poble jueu (defensable com a víctima del nazisme). El sionisme esdevé així presentat com una mena d’emanació tardana del colonialisme occidental que ha de ser combatuda des de posicions anticapitalistes i anticolonialistes. Aquesta definició política es posada en circulació pel bloc soviètic quan es desentén de la seva inicial, i fonamental, contribució al naixement de l’Estat d’Israel l’any 1948 i ha fet fortuna fins als nostres dies, fins i tot ha estat adoptada de forma acrítica pels moviments d’alliberament nacional dels pobles sense estat propi de l’Europa occidental a partir dels anys setanta del segle passat.
Als Països Catalans aquest perspectiva sobre el conflicte àraboisraelià (Israel és l’ocupant, els palestins son els ocupats que s’hi resisteixen legítimament) és socialment majoritària i compartida pels principals partits polítics, llevat de Convergència Democràtica on està normalitzada l’expressió de simpaties proisraelianes. L’èxit de vendes i el ressò informatiu del recent llibre de Joan B. Culla, "Israel, el somni i la tragèdia" (La campana, 2004), ha fet aflorar les simpaties de molts catalans envers la causa del poble jueu que fins ara s’havien mantingut ocultes. Aquesta aportació de Culla, junt amb les intervencions periodístiques de Pilar Rahola, no han estat suficients per compensar la parcialitat manifesta amb la que la major part de mitjans catalans tracten aquest tema (singularment TV3 i el Periodico). Aquest sectarisme informatiu explica el fet que entre l’opinió pública catalana predomini la visió que Israel és la causa del conflicte, obviant que el compliment dels acords de les Nacions Unides de 1947 promovent la creació de dos estats, un d’àrab i un altre de jueu, mai ha estat acceptat per la part palestina.
L’altre element de confusió que mai clarifiquen els antisionistes és que la defensa del dret d’Israel a existir no suposa negar el dret dels palestins a ser independents ans al contrari s’ha de basar en el dret dels pobles, de tots els pobles, a decidir lliurement el seu futur, és a dir a autodeterminar-se. El legítim dret dels palestins a l’autodeterminació no hauria de confondre’s amb el conflicte de naturalesa religiosa que promou el totalitarisme islamista per destruir l’Estat d’Israel. La ideologia jihadista té com a subjecte la comunitat de creients i no reconeix, sinó que combat, els projectes de construcció nacional de pobles com el kurd o els berebers, (per a més informació sobre aquest extrem veure l’obra col·lectiva coordinada per Gilles Kepel, "Al Qaida dans le monde", PUF, 2005). Per tant no estem vivint l’eclosió d’un moviment revolucionari àrab d’alliberament nacional sinó l’auge d’un moviment reaccionari antioccidental, de caràcter teocràtic i contrari als sistemes polítics basats en els drets de les persones i dels pobles.
L’antisionisme europeu aparentment progressista ha estat incorporat de forma mimètica, i per tant acrítica, als esquemes del que podríem anomenar "políticament correcte" segons els referents ideològics dominants als Països Catalans. En aquest context gairebé ningú se’n adona del paral·lelisme que existeix entre l’afirmació que atribueix als jueus el mateix comportament amb els palestins que abans els nazis havien tingut amb ells, amb la impostura segons la qual els catalans fem avui amb els castellanoparlants el mateix que Franco va fer amb nosaltres durant al dictadura. Ambdues són mentides insultants que banalitzen les intencions genocides del nazisme i el franquisme i justifiquen la negació del dret del poble jueu a tenir el seu propi estat i el dret dels catalana a normalitzar la nostra llengua. Shlomo Ben Ami va ser agredit a València l’octubre del 2005 pels independentistes que boicotejaven la seva conferència comportant-se de la mateixa manera que els feixistes boicotegen els actes catalanistes en terres valencianes. És a dir, els independentistes catalans adopten comportaments propis de l’espanyolisme contra el poble israelià. I això passa en uns moments en els que els reaccionaris espanyols han deixat de ser antisemites cara a l’exterior (especialment en l’aspecte religiós), però ho continuen essent cara a l’interior amb el seu capteniment anticatalanista.
La dreta reaccionaria, que era abans antisemita, és avui proisraeliana no pas perquè comparteixi els valors fundacionals de l’Estat d’Israel sinó perquè enveja la contundència amb la qual defensa la seva existència i voldria poder transposar–la a la lluita contra ETA. També perquè veu en Israel el component bàsic del bloc occidental en un context de xoc de civilitzacions impulsat per l’integrisme islàmic que ha esdevingut enemic principal substituint "la tradicional amistat amb els països àrabs" que exhibia pomposament el franquisme. Una lectura política superficial porta a associar dreta espanyola, Israel i unilateralisme ianqui als ulls de l’esquerra catalana que no li cal aprofundir-hi més per tenir un posicionament formalment coherent. El fet que l’esquerra abertzale promogui activament campanyes específiques de boicot a Israel a tots els nivells (veure www.israeliboikot.org) influeix en el comportament mimètic de grups independentistes catalans (només cal llegir allò que publica el periòdic "L’Accent" de tant en tant sobre el tema o l’actuació d’ERC quan era responsable de política internacional Jesus Maestro). El nacionalisme gallec també ha donat mostres memorables de sectarisme antisionista en expedientar el militant del BNG Pedro Gómez-Valadés pel sol fet de presidir l’associació Galiza-Israel jutjant aquesta activitat incompatible amb l’ideari del partit.
Per altra part el progressisme espanyol, històricament aliè al sionisme, ha adoptat les postures antisionistes de l’esquerra europea com ho va demostrar gràficament Rodríguez Zapatero col·locant-se un mocador palestí en plena guerra amb Hezbolà l’estiu del 2006, evidenciant la buidor de continguts d’un esquerranisme més aparent que real que ha fet de la crítica permanent a l’Estat d’Israel un dels seus símbols de referència. Des del mes d’abril d’enguany circula un manifest que porta per títol "Israel y la defensa del progreso democratico de España" que pretén divulgar els valors democràtics, cívics, culturals i socials de l’Estat d’Israel, comuns al conjunt del món occidental, i que es volen presentar com a propis també del projecte de l’estat-nació espanyol. Entre els siganats hi figuren Enrique Mugica Herzog, actual "defensor del pueblo" que s’ha significat per la seva frontal hostilitat als drets nacionals del poble basc i del català impugnant pel seu compte l’estatut del 2006 davant el Tribunal Constitucional i denegant l’emparament als catalanoparlants de la Franja de Ponent. Nicolas Redondo i alguns diputats socialistes afins al sector guerrista del PSOE són els amics espanyols d’Israel dins el cap progressista. Ara que el sistema constitucional israelià es planteja un reconeixement encara més explícit dels drets de les diverses comunitats nacionals que conviuen al seu si els signants del manifest també podrien aprofitar per subsanar les mancances del constitucionalisme espanyol pel que fa als drets dels pobles que hi conviuen. Independentment de si aquest canvi es produeix o no, l’esquerra catalana, especialment els sectors que es reclamen del republicanisme, (la ideologia antidogmàtica que es basa en el procés deliberatiu de formació de la voluntat política dels pobles), haurien de reflexionar a partir de les pròpies arrels, considerant la necessitat de la convivència intercultural al si de la comunitat nacional catalana, en la qual conviuen conciutadans musulmans i també catalans de religió jueva, i resituar l’antisionisme en el camp reaccionari. Hi ha moltes coses per aprendre dels sistema constitucional israelià, de la vitalitat del sentiment nacional jueu i de la capacitat per desenvolupar un model de societat singular enmig de les adverses condicions que imposen els que volen la desaparició d’Israel. Dels moviments que es basen en la negació dels altres (anticatalanisme, antisionisme) no se’n pot treure res de positiu, dels que afirmen en positiu la llibertat del seu poble, i la dels altres, (catalanisme, sionisme) sempre hi ha alguna cosa aprofitable. | |
| | | Contenido patrocinado
| Assumpte: Re: Llaços entre Israel i Catalunya | |
| |
| | | | Llaços entre Israel i Catalunya | |
|
Temas similares | |
|
| Permisos d'aquest fòrum: | No pots respondre a temes en aquest fòrum
| |
| |
| |
|