Cosas que se dicen en las mezquitas
Por Robert Spencer
El programa Dispatches, del Channel 4, emitió el otro día un reportaje grabado con cámara oculta en varias de las más importantes mezquitas británicas, entre ellas la de Green Lane (Birmingham). El reportero descubría que en ellas se predicaba el supremacismo islámico, el odio al judío y al cristiano y el sometimiento de la mujer.
Las mezquitas, cómo no, se han puesto en guardia. Así, y por poner un ejemplo, la de Green Lane ha colgado un comunicado en su página web en el que puede leerse:
Es extremadamente decepcionante, pero en absoluto sorprendente, que Dispatches haya decidido retratar a los musulmanes de la peor manera posible. Dispatches ha optado por el sensacionalismo y no por lo sustancial, y mostrado, así, una absoluta indiferencia por que las relaciones interconfesionales sean pacíficas. Esta supuesta investigación con cámara oculta no hace sino fomentar los prejuicios contra los musulmanes por el largamente contrastado método de seleccionar determinadas declaraciones y presentarlas de la manera más incendiaria.
Los redactores del comunicado eluden la cuestión de que es difícil, por no decir imposible, seleccionar en iglesias, sinagogas, templos budistas o hinduistas declaraciones tan incendiarias y odiosas como las grabadas por Dispatches en la mezquita de Green Lane. A continuación damos cuenta de algunas de ellas, que tienen por objetivo la mujer:
– Alá dispuso que la mujer fuera intelectualmente deficiente (incluso las que cuentan con un doctorado). Así la creó. Su mente es deficiente, está incompleta. Se le suben las hormonas a la cabeza. Se necesitan dos testimonios de mujer para compensar el testimonio de un hombre.
– Debemos obligarlas a llevar el hiyab desde que cumplen los diez años, y a golpearlas si no lo llevan.
– Los hombres mandan sobre las mujeres. Dondequiera que vaya él, ella debe seguirle; y no se la debe permitir salir de casa sin el permiso de él.
¡Qué incendiarias! ¡Qué extremistas! ¡Y qué indudablemente coránicas!
En el libro sagrado de los musulmanes se afirma que el testimonio de una mujer vale la mitad del de un hombre: "Consigue dos testigos de entre tus hombres; si no puedes, entonces toma por testigos a un hombre y a dos mujeres, para que, si una de ellas se equivoca, la otra la corrija" (Corán 2:282). Asimismo, se dice que los hombres mandan sobre las mujeres, y que las desobedientes deben ser golpeadas: "Los hombres mandan sobre las mujeres, porque Alá hizo al uno para que fuera superior a la otra, y porque ellos dedican su propiedad [al sostenimiento de las mujeres]. Así pues, las mujeres buenas son las obedientes, las que guardan el secreto que Alá guardó. Y aquellos de vosotros que temáis que se rebelen, reprendedlas y condenadlas a dormir en camas separadas, y azotadlas" (4:34).
Volvamos a las palabras grabadas en Green Lane. Las que siguen tienen que ver con el Reino Unido y el Estado islámico:
– Debéis vivir como un Estado dentro del Estado hasta que os hagáis con el control [del Estado].
– Queremos que se apliquen las leyes islámicas y anular las elaboradas por el hombre.
– Los musulmanes no deben conformarse con vivir en algo que no sea el Estado islámico total.
– Os exhorto a estar entre ellos, a que empecéis a cultivaros para cuando llegue el momento, y llegará pronto, en que las tornas cambien y los musulmanes estemos en posición de fuerza. Cuando ese momento llegue, la gente ya no será asesinada injustamente.
– Alá dijo: Y yo dominaré. Desde luego, se trata de dominio político.
En parecidos términos se han expresado teóricos de la yihad en el siglo XX como el egipcio Sayid Qutb o el paquistaní Sayed Abul Alá Maududi.
Palabra de Qutb:
La función del islam no consiste en asumir los conceptos de la yahiliya [la sociedad de los infieles], tan en boga en el mundo, o compartir territorios con un sistema yahili (…) El islam no puede mezclarse con la yahiliyah. O prevalece el islam o prevalece la yahiliya, no hay solución intermedia. El mando es de Alá o de la yahiliyah, no hay solución intermedia. O impera la sharia de Alá o imperan los deseos de la gente (...) El más urgente deber del islam es deponer la yahiliyah, controlada por el hombre.
Palabra de Maududi:
[Los no musulmanes] no tienen absolutamente ningún derecho a manejar las riendas del poder en parte alguna de la tierra de Dios, ni a ocuparse de las cuestiones que atañen a los seres humanos de acuerdo con sus erradas doctrinas. [Si lo hacen,] los creyentes estaríamos obligados a hacer todo lo posible para desalojarlos del poder y obligarlos a vivir sometidos al estilo de vida islámico.
Pero ni Qutb y Maududi se inventaron nada. Sus palabras no son sino extrapolaciones de pasajes coránicos como el 9:29, donde se dice que los musulmanes ejercerán el poder del Estado sobre judíos y cristianos, a quienes obligarán a pagar "con total sumisión" un tributo especial (la jizya). No hay ningún concepto en el Corán, la tradición y el derecho islámicos que sancione la convivencia en igualdad de musulmanes y no musulmanes bajo un Estado islámico: los musulmanes tienen que estar por encima. De hecho, Mahoma dijo:
Lucha en el nombre de Alá y a la manera de Alá. Lucha contra aquellos que no creen en Alá (...) Cuando te encuentres con tus enemigos politeístas, invítalos a seguir uno de estos tres caminos. Si optan por cualquiera de ellos, acéptalo y abstente de infligirles daño alguno. Invítalos [a convertirse] al islam; si aceptan, acéptalos y desiste de combatirlos (...) Si rechazan el islam, exígeles la jizya. Si lo aceptan, acéptalo y guarda tus manos; si lo rechazan, invoca la ayuda de Alá y combátelos (Sahih Muslim, 4294).
Evidentemente, hay muchas maneras de interpretar éstos y otros pasajes. Pero el hecho de que las opiniones vertidas por los musulmanes que aparecen en Dispatches puedan encontrarse sin gran esfuerzo en las escrituras islámicas sugiere que el problema es mucho mayor que el que pudiera representar la existencia de unas cuantas mezquitas que parecían moderadas pero resultaron ser extremistas. Se trata de un problema que hunde sus raíces en el islam tradicional, y hay que tenerlo muy en cuenta.
Los musulmanes británicos que rechacen sinceramente el supremacismo islámico, la instauración de la sharia en el Reino Unido, el sometimiento de las mujeres y los infieles, y que acepten la idea de que musulmanes y no musulmanes deben vivir siempre como iguales, esos musulmanes no deberían denunciar el reportaje de Dispatches. Todo lo contrario, deberían celebrar la oportunidad que les brinda para expulsar de sus filas a los "extremistas" y hacer explícito su rechazo a la interpretación literal de la Sunna y del Corán.
Por el momento, no han hecho nada parecido. En vez de ello, el Consejo Musulmán del Reino Unido, el Comité Musulmán de Asuntos Públicos del Reino Unido, la Federación de Sociedades Islámicas Estudiantiles y la Misión Islámica del Reino Unido han denunciado el reportaje por "islamófobo". Ninguna de estas entidades ha tomado medida alguna contra la expansión de la interpretación del islam que se refleja en el programa, o para combatir los elementos del islam que incitan a la violencia e inculcan el supremacismo. Y esto, claro, es bien revelador.
ROBERT SPENCER, director de Jihad Watch, columnista de medios como Front Page Magazine o National Review y autor, entre otros libros, de The Politically Incorrect Guide to Islam (and the Crusades).
http://revista.libertaddigital.com/articulo.php/1276232915