Nike y el 11 de Septiembre. Por Daniel Pipes
http://es.danielpipes.org/article/3972Cinco años después del 11 de Septiembre queda claro cómo el terrorismo ha obstaculizado el avance de la causa del Islam radical.
Los horrores del 11 de Septiembre alarmaron a los americanos y
colisionaron con los esfuerzos discretos pero letales de los islamistas
lícitos por destruir por completo al país desde el interior. Ya no
pueden replicar sus éxitos pre-11 de Septiembre. Esto se encuadra en un
patrón irónico en el que el terrorismo normalmente (pero
no siempre)
obstruye el avancedel Islam radical. Como ilustración de este cambio, considere el
ejemplo de los dorados días del Islam radical de finales de los años 90
- cómo humilló con facilidad a Nike, Inc., el gigante de la confección
deportiva, una prominente organización islamista, el Council on
American-Islamic Relations.
Nike había presentado su línea de zapatillas de baloncesto "Air" en
1996 con un estilizado logotipo similar a una llama con la palabra
Airen los laterales y la suela de la zapatilla. Cuando los sabios de CAIR
hicieron saber ridículamente que este logotipo podía "ser interpretado"
como la ortografía en árabe de Alá, Nike manifestó inicialmente su
inocencia. Pero hacia junio de 1997, había aceptado múltiples medidas
para
congraciarse con el consejo. Se:
- "disculpaba con la comunidad islámica por cualquier ofensa inintencionada a sus sensibilidades";
- "implementaba una retirada global" de determinados modelos;
- "retiraba los cargamentos de productos comerciales en cuestión de mercados 'sensibles'";
- "detenía la fabricación de todos los modelos con el logotipo ofensor";
- "implementaba cambios corporativos en su departamento de diseño para endurecer el escrutinio del diseño de logotipos";
- prometía trabajar con CAIR "con el fin de catalogar recursos musulmanes de diseño para futura referencia";
- tomaba "medidas para mejorar su entendimiento interno de temas islámicos";
- donaba 50.000 dólares para el recreo de una escuela islámica; y
- retiraba alrededor de 38.000 unidades y retocaba sustancialmente el logotipo.
Abandonando toda pretensión de dignidad, la compañía informaba de
que "CAIR está satisfecha de que no se hiciera con intención ninguna
ofensa deliberada a la comunidad islámica" a causa del logotipo.
El director ejecutivo de CAIR, Nihad Awad, respondía con arrogancia
que, de no haberse alcanzado un acuerdo, su organización habría pedido
un boicot global de los productos Nike. El portavoz de CAIR, Ibrahim
Hooper, se vanagloriaba del acuerdo: "Lo vemos como una victoria.
Demuestra que la comunidad musulmana está creciendo y se hacen más
fuertes en Estados Unidos. Demuestra que nuestras voces están siendo
escuchadas".
Reforzado por este éxito, Awad viajaba un año después al cuartel general de la Asamblea Mundial de Juventudes Musulmanas (
una organización wahabí)
en Riyadh, Arabia Saudí, para anunciar que Nike no había estado a la
altura de su compromiso. Despellejó a la firma por no retirar toda la
producción de más de 800.000 pares de deportivas y por cubrir apenas el logotipo de
Aircon un fino parche y pintura roja, en lugar de eliminarlo por completo.
"El parche puede desgastarse fácilmente con el uso regular de la
zapatilla", se quejaba. Incrementando la presión, Awed proclamaba una
campaña "contra los productos Nike en todo el mundo".
Nike capitulaba de nuevo, anunciando un acuerdo en noviembre de 1998
sobre "el método utilizado para eliminar el diseño y el aspecto estable
de las zapatillas en las tiendas de todo el mundo". Entregaba
discretamente más financiación para las instalaciones deportivas de
cinco escuelas islámicas, el patrocinio de actos de la comunidad
musulmana, y donaba productos Nike a colectivos islámicos de caridad.
La circular de prensa también sugería una contribución económica a CAIR.
Hoy, todo esto es historia antigua. CAIR aún sabe intimidar a corporaciones importantes, como hizo en el 2005 con el
Banco Imperial Canadiense de Comercio, pero ya no puede extorsionarles y tampoco puede
subirse al carro de un fraude como Air = Alá. El público es más escéptico en cierto sentido (aunque
no siempre lo bastante).
Éxitos como la capitulación de Nike inspiró
un triunfalismo islamista pre-11 de Septiembre. Un apologista,
Richard H. Curtiss,
captaba su sentido en septiembre 1999, al llamar "la batalla de Burger
King" a la decisión por parte de Burger King de cerrar una franquicia
en Ma'aleh Adumim, una ciudad judía del West Bank, y comparar esto
hiperbólicamente "con la batalla de Badr en el 624 D.C., que fue la
primera victoria de la comunidad islámica enormemente sobrepasada en
número".
Retratar un éxito trivial de presión con una
victoria bélica pírricada una idea de la confianza islamista pre-11 de Septiembre. No menos
sugestivamente, Curtiss predecía erróneamente que "en los próximos
cinco o diez años" los musulmanes americanos continuarían ganando tales
batallas. En lugar de ello, los terroristas se hicieron con la
iniciativa, relegando a los islamistas lícitos sobre todo a librar
escaramuzas defensivas. Así obstaculiza seriamente la agenda islamista en América, paradójicamente, la violencia en masa.