El Museo Exótico de una Raza Extinguida
Una de las principales atracciones de la bella ciudad de Praga es el histórico ghetto, el único en la Europa conquistada que sobrevivió a la destrucción nazi.
Los nazis no destruyeron las sinagogas ni el antiguo cementerio judío ya que su intención era hacerlas parte de un museo judío que pensaban construir después de la guerra, luego de haber exterminado a todos los judíos de Europa.
Hitler se entusiasmó con el proyecto, al que llamó "Museo Exótico de una Raza Extinguida". El primer paso fue organizar en Praga un almacén central, donde los nazis depositaron todos los objetos extraídos de las sinagogas de Checoslovaquia y de otros países. Hitler logró exterminar a seis millones de judíos, pero perdió la guerra y se suicidó antes de haber tenido la oportunidad de construir su museo soñado.
El sueño de Hitler se ha hecho realidad en Polonia, no con la construcción de un museo, sino con un "Festival de Cultura Judía", que los polacos celebran anualmente, desde 1988, en la ciudad de Cracovia. El Festival es organizado por no judíos para no judíos. Durante 9 días, a fines de junio o a principios de julio, (este año será del 23 de junio al 1 de julio), los asistentes pueden escuchar conciertos de compositores judíos, conferencias sobre judaísmo; pueden aprender algo de la tradicional cocina judía, bailes, y música. También pueden hacer tours de las sinagogas, cementerios, y del ghetto de la época nazi.
Antes de la Segunda Guerra Mundial vivían tres millones trescientos mil judíos en Polonia, 10% de la población total de 33 millones. Los nazis, con la cooperación de los polacos, exterminaron a la gran mayoría. Los que sobrevivieron a los campos de exterminio, y regresaron a Polonia fueron víctimas de masacres y pogroms. Se calcula que más de 2,000 judíos fueron asesinados en Polonia, después de la guerra, entre los años 1945 a 1947. Polonia tiene hoy una población de 38 millones de habitantes, de los cuales sólo unos pocos miles son judíos.
Aunque la población judía en Polonia es ínfima, el antisemitismo continúa caracterizando a los polacos. En las elecciones, por ejemplo, la peor acusación que se le puede hacer a un opositor es decir que es de origen judío. El pueblo continúa convencido de que los inexistentes judíos controlan todo en Polonia.
¿Tal vez un nombre más apropiado para el Festival de Cultura Judía podría ser "Festival exótico de una raza extinguida"?
http://enfoque.blog-city.com/mi_enfoque_184_2_de_marzo_2007.htm