Israel «aprieta el botón» en Eurovisión
LAURA L. CARO CORRESPONSAL - JERUSALÉN.
Circense, transgresora, descarada y definitivamente... explosiva. Es «Aprieta el botón», la canción interpretada por el no menos provocador grupo «Teapacks», con la que Israel concurrirá el próximo mes de mayo al Festival de Eurovisión que se celebrará en Helsinki. Un título tras el que se aborda con arriesgado desparpajo la pesadilla de la amenaza nuclear que tanto obsesiona a la opinión pública hebrea, -tan susceptible cuando otros hurgan en sus miedos- que, no obstante, el pasado martes se imponía en una gala al más puro estilo «Misión Eurovisión» por abrumador deseo de la audiencia. Que entregaba vía sms e internet 100 votos a este tema frente al apoyo «cero» que recabaron las anodinas letras competidoras de «Salam, Salami», «Twelve points» y «Voulez vous?», todas puestas en escena con la voz del solista de la banda, el camaleónico Kobi Oz, de quien muchos esperan que reedite la victoria festivalera del transexual Dana Internacional que Israel se apuntó en la edición de 1998.
Si en aquel episodio los ortodoxos judíos tacharon a la canción ganadora de «quintaesencia del mal» y de «patética», por el momento nadie ha alzado la voz en contra de la delicada temática de la canción elegida esta vez. Ni siquiera la organización del certamen, que recientemente añadía una cláusula en sus bases prohibiendo los contenidos políticos en los temas a concurso. «Aprieta el botón», un mensaje en inglés, francés y hebreo sobre el apocalipsis nuclear envuelto en ritmos de cabaret, promete ser «la bomba» en la ceremonia de la gélida Finlandia.
«Hay algunos gobernantes locos que se ocultan y tratan de engañarnos/ con demoníaca, tecnológica voluntad de hacer daño/ Ellos van a apretar el botón/ apretar el botón, apretar el botón... (...) El mundo está lleno de sufrimiento/ hay violencia en las calles (...) Y no quiero morir/ quiero ver las flores crecer/ no quiero un Kapoot ka boom/ y no quiero llorar/ quiero un poco de diversión/ sentado en el sol», proclaman sus versos facilones que una y otra vez vuelven a lo mismo «apretar el botón, van a apretar el botón...».
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